El promedio de gol del campeonato Mundial Femenino de Francia es de 2,9, una cifra que las selecciones que asoman como potencias superan, a excepción de Japón, que anotó dos veces en la misma cantidad de partidos. La ofensiva destacada es la de Estados Unidos, que suma 16 conquistas, 13 de ellas frente a la débil Tailandia, que padeció en cinco oportunidades la eficacia de Alex Morgan. La Argentina no es parte de la elite, lo reflejan la historia y los números, pero transita un camino de desarrollo, que le demandará tiempo, apoyo e infraestructura para ilusionarse con ser parte de esos extraordinarios modelos en los que las estadounidenses y alemanas llevan la delantera. La carencia de poder de fuego es un déficit del plantel que dirige Carlos Borrello, pero no es propiedad exclusiva de la selección: Chile, Jamaica y Nueva Zelanda tampoco pudieron quebrar a la arquera rival en dos presentaciones.
Romper el maleficio será una meta para el partido de mañana frente a Escocia, en el Parque de los Príncipes. Con un gol, la selección igualará los registros de las participaciones en los mundiales de Estados Unidos 2003 -Yanina Gaitán convirtió ante Alemania- y China 2007, Eva González le marcó a Inglaterra. Aquellos festejos se dieron en el tercer partido, en la jornada de cierre del grupo, instancia que se desandará ante las escocesas. Y un gol podría agigantar las esperanzas de reescribir la historia, porque una victoria clasificará a la selección a los octavos de final.
Después de presentar esquemas cautelosos ante rivales de jerarquía como Inglaterra y Japón -jugar de igual a igual hubiera significado un suicidio táctico-, la Argentina tiene la necesidad de quitarse la ropa de equipo granítico y de barricada si el deseo es alimentar el sueño. Será otro examen crítico, porque el mundial exhibe que el Grupo D es el de mayor paridad: ningún resultado tuvo más de un gol de diferencia. Si la Argentina igualó 0-0 con Japón y cayó 1-0 frente a Inglaterra, Escocia cosechó dos derrotas, ambas por 2-1, ante los mismos rivales. En ambas oportunidades descontó en el último segmento del encuentro.
En la aventura por Francia, la Argentina rompe estigmas: volvió a la cita después de 12 años; el 0-0 de la presentación con las japonesas significó el primer punto en la historia de los mundiales para la selección y, a la vez, la primera vez que no recibió goles; además, la arquera Vanina Correa, frente a Inglaterra, le detuvo un penal a Nikkita Parris. Ahora la hoja está en blanco, espera a Escocia para darle forma a un nuevo episodio.