Irene Rojas, una joven promesa del fútbol local, está dejando su huella en la categoría Sub-14 del Club Correo y Telecomunicaciones. Con la camiseta número 10 en la espalda y un olfato goleador inigualable, Irene se ha convertido en la máxima artillera de su equipo, demostrando un talento que la proyecta como una figura a seguir.
Su camino en el fútbol comenzó en la Escuelita de Gorriones, un semillero de talentos donde Irene dio sus primeros pasos. Sin embargo, el salto al Club Correo y Telecomunicaciones representó un punto de inflexión en su incipiente carrera. «Fue un gran cambio para mí», confiesa Irene. «Al principio no quería, porque nunca había jugado en un club y había estado un año y medio en la escuelita. Fue un gran cambio, pero me esfuerzo mucho en cada entrenamiento para mejorar día a día».
La mentalidad de Irene es clara y ambiciosa, pero con los pies en la tierra: «No busco ser mejor que nadie, busco ser mejor que ayer». Esta filosofía la impulsa a superarse constantemente, consciente de que el trabajo y la dedicación son las claves para alcanzar sus metas.
Cuando se le pregunta por sus referentes en el fútbol, Irene no duda en mencionar a su familia. Son ellos su principal motivación en cada partido y en cada entrenamiento. «Juego por ellos», afirma con orgullo.
Para este año, las perspectivas de Irene son concretas: «Mejorar, darle lo mejor a mi club y que mis padres estén orgullosos de mí». Sin duda, Irene Rojas es un nombre que promete dar mucho de qué hablar en el fútbol riocuartense.
redacción: Pablo Andres